25 diciembre 2018

DESDE LA PLAYA DE MONSUL AL FARO III (CABO DE GATA) FINAL

En Cala de la Media Luna, volvimos a liberar a míster Hulk de su encierro, porque la luz del atardecer, siempre es especial para la fotografía y pretendía comprobar su efecto en el granítico cuerpo del expresivo personaje. Hace un tiempo, leí que el polémico escritor francés Michel Houellebecq, uno de mis preferidos, había escogido Cabo de Gata, como lugar de retiro temporal. Adquirió una casa en San José, momentos antes de que comenzara lo del boom inmobiliario, y se quejaba de que el hasta ese momento bonito y tranquilo pueblo, de pronto se transformara en una vorágine de confusión y caos, llenándose de grúas y calles sembradas de materiales de construcción que no se podía andar por ninguna parte ni accecer a la playa si no era dando un amplio rodeo. Pero estaba enamorado del litoral almeriense y las playas de Monsul y de la Media Luna, donde nos encontramos ahora, las visitaba con frecuencia. Recuerdo también, que en uno de sus libros, explicaba, que de camino a Murcia por la autovía, había parado a comer, no recuerdo bien si en Húercal-Overa o Puerto Lumbreras, y le habían servido en la comida, un vinico de la casa que estaba muy bien, de cuya botella se zampó todo el contenido. Antes de marcharse del restaurante, preguntó al dueño si le podía vender alguna botella, y este le ofreció una caja que Michel aceptó y pagó encantado. No creo que nadie supiera de quien conspicuo escritor se trataba. El vino en cuestión era El Copetín de Bullas, uno de los buenos caldos elaborados con tanto arte en mi pueblo.
Su célebre obra, La posibilidad de una isla, creo que la escribió inspirado en estos rincones del Cabo de Gata. Michel Houellebecq, el escritor incendiario, el incombustible hacedor de polémicas, el enfant terrible de las letras francesas, parece un espantapájaros mustio. Cuando fuma, su pelo se confunde con la ceniza, y, entre sus dedos corazón y anular (con los que sostiene el cigarro), dos manchas anaranjadas recuerdan el Betadine de la infancia. Un espectro similar, encontrado en el metro, nos asustaría como si de un espíritu telúrico se tratara.
Sus novelas Las partículas elementales y Plataforma se convirtieron en hitos de la nueva narrativa francesa de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Ambas le otorgaron cierta consideración literaria, pero también dieron lugar al llamado «fenómeno Houellebecq», que provocó numerosos y apasionados debates en la prensa internacional.
Sus obras y opiniones, muy críticas con el pensamiento políticamente correcto y con los restos de mayo del 68, le pusieron en el punto de mira de algunos medios, que lo acusaron de misógino, decadente, xenófobo y racista, lo cual sólo hizo que aumentaran su popularidad y sus ventas. Algunos pasajes de Plataforma, donde aparece el tema del terrorismo islamista, fueron calificados de islamófobos. A raíz de una entrevista en la revista literaria Lire, publicada en septiembre de 2001, en la que afirmó que «la religión más idiota del mundo es el islam» y que «cuando lees el Corán se te cae el alma a los pies» fue entonces denunciado por varias agrupaciones islámicas y de derechos humanos por "injuria racial" e "incitación al odio religioso". El juicio, celebrado en París en octubre de 2002, dividió a la comunidad intelectual internacional entre defensores y detractores de la libertad de expresión, que recordó el caso Rushdie. Fue absuelto de todos los cargos: el juez argumentó en la sentencia que la crítica a la religión es perfectamente legítima en un estado laico. La polémica por su presunto antiislamismo se reavivó en 2015 con la publicación de Sumisión, novela en la que plantea los profundos cambios que sufre la sociedad francesa desde el año 2022, cuando asume la presidencia el islamista Mohammed Ben Abbes.​ Adorado por sus incondicionales (Fernando Arrabal le considera el mejor escritor francés vivo) y denostado como pornógrafo, misógino y racista por sus variados oponentes (desde religiosos a notables izquierdistas), sus libros copan los suplementos literarios, las reediciones se suceden y se traducen a numerosas lenguas.
Algunas de sus parrafadas más incendiarias:

"Treinta años más tarde, se veía obligado una vez más a llegar a la misma conclusión: no cabía duda de que las mujeres eran mejores que los hombres. Eran más dulces, más amables, más cariñosas, más compasivas; menos inclinadas a la violencia, al egoísmo, a la autoafirmación, a la crueldad. Además eran más razonables, más inteligentes y más trabajadoras. En el fondo, se preguntaba Michel observando los movimientos del sol sobre las cortinas ¿para qué servían los hombres? Puede que en épocas anteriores, cuando había muchos osos, la virilidad desempeñara un papel específico e insustituible; pero hacía siglos que los hombres, evidentemente, ya no servían para casi nada."

"Y todas las teorías de la libertad, desde Gide a Sartre, no son sino inmoralidades concebidas por solteros irresponsables."

"La desgracia sólo alcanza su punto más alto cuando hemos visto, lo bastante cerca, la posibilidad práctica de la felicidad."


"Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos."
"La delincuencia invadía todo; cada vez era más frecuente que grupos de jóvenes atacaran a los viandantes en pleno día, en mitad de los centros comerciales. En cuanto a la vida nocturna, ni soñar con ella; hacía mucho tiempo que las mujeres no se atrevían a salir solas después de la puesta del sol. El integrismo islámico había adquirido proporciones alarmantes; después de Londres, Bruselas se había convertido ahora en un santuario terrorista. En las calles, en las plazas cada vez eran más numerosas las mujeres con velo."
"Las chicas sin belleza son desgraciadas, porque pierden cualquier posibilidad de que las amen. A decir verdad, nadie se burla de ellas ni las trata con crueldad; pero parecen transparentes y nadie las mira al pasar. Todo el mundo se siente molesto en su presencia y prefiere ignorarlas. Por el contrario, una belleza extrema, una belleza que sobrepasa por mucho la seductora frescura habitual de las adolescentes, produce un efecto sobrenatural y parece presagiar invariablemente un destino trágico."

"Una mentira es útil cuando permite transformar la realidad, pensó; pero cuando la transformación fracasa sólo queda la mentira, la amargura y la conciencia de la mentira."

  "Tengo la sensación de ser una rata que abandona el barco. –Las ratas son mamíferos inteligentes –respondió en un tono pausado, casi divertido–. Muy probablemente sobrevivirán al hombre; su sistema social, en todo caso, es mucho más sólido."
"Al contrario que la música, que la pintura, incluso que el cine, la literatura puede absorber y digerir cantidades ilimitadas de burla y de humor."

"Lo terrible es hasta qué punto ya no se puede decir nada... Nietzsche, Schopenhauer y Spinoza no serían aceptados hoy. Lo políticamente correcto, con la magnitud que ha adquirido, hace inaceptable casi toda la filosofía occidental. Hay cada vez más cosas sobre las que es imposible pensar. Es aterrador."

"La tradicional lucidez de los depresivos, descrita a menudo como un desinterés radical por las preocupaciones humanas, se manifiesta ante todo como una falta de implicación en los asuntos que realmente son poco interesantes. De hecho, es posible imaginar a un depresivo enamorado, pero un depresivo patriota resulta inconcebible."

"Se habla de supermercados del sexo, que tienen un catálogo bastante completo de su oferta porno; pero les falta lo esencial. Y es que el objetivo mayoritario de la búsqueda sexual no es el placer, sino la gratificación narcisista, el homenaje que una pareja deseable rinde a la propia perfección erótica. La meta que se persigue es la embriaguez narcisista de la conquista." 
"Los hombres que envejecen solos son mucho menos dignos de compasión que las mujeres en la misma situación. Ellos beben vino malo, se quedan dormidos, les apesta el aliento; se despiertan y empiezan otra vez; y se mueren bastante deprisa. Las mujeres toman calmantes, hacen pilates, van a ver a un psicólogo; viven muchos años y sufren mucho. Tienen el cuerpo débil y estropeado; lo saben y sufren mucho. Pero siguen adelante, porque no logran renunciar a ser amadas."

"Hoy, a decir verdad, algunos seguidores de esos movimientos parecían incluso tomar sistemáticamente partido por los animales en contra del hombre, sentir más congoja ante el anuncio de la desaparición de una especie de invertebrados que ante el de una hambruna que diezmara la población de un continente."

"Pero en realidad no hay nada que impida el regreso, cada vez más frecuente, de esos momentos en que tu absoluta soledad, la sensación de vacuidad universal, el presentimiento de que tu vida se acerca a un desastre doloroso y definitivo, se conjugan para hundirte en un estado de verdadero sufrimiento. Y, sin embargo, todavía no tienes ganas de morir."
"Uno puede enfrentarse a los acontecimientos de la vida con humor durante años, a veces muchos años, y en algunos casos mantener una actitud humorística casi hasta el final; pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acabará con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte."

"Nunca, en ninguna época y en ninguna otra civilización, se ha pensado tanto y tan constantemente en la edad; la gente tiene en la cabeza una idea muy simple del futuro: llegará un momento en que la suma de los placeres físicos que uno puede esperar de la vida sea inferior a la suma de los dolores (uno siente, en el fondo de sí mismo, el giro del contador; y el contador siempre gira en el mismo sentido). Este examen racional de placeres y dolores, que cada cual se ve empujado a hacer tarde o temprano, conduce inexorablemente a partir de cierta edad al suicidio."
"Aceptar la ideología del cambio continuo es aceptar que la vida de un hombre se reduzca estrictamente a su existencia individual, y que las generaciones pasadas y futuras ya no tengan ninguna importancia para él. Así vivimos, y actualmente tener un hijo ya no tiene sentido para un hombre."
Después de esta digresión, recogemos los apechusques, incluido Hulk y tratamos de alcanzar la playa de Monsul, a través de los cerros. El plácido atardecer resulta delicioso y la magia de su aterciopelada luz, todo lo envuelve.
Una razón básica por la que me he convertido en un adicto del andar, aparte las concomitantes con la propia salud y el hacer hueco, radica en esa sempiterna sensación que tenemos los andarines de expectación, de curiosidad por lo que nos vamos a encontrar en cada recodo del camino. Una consecuencia lógica de todo ello es la confección de este blog. Suave brisa y moribunda luz, soledad y silencio, mientras cae la tarde en el áureo mar en calma. Mi modesta cámara y yo, fundidos en un solo cuerpo, aspirando, deleitándonos con la armonía del momento, presenciamos el cuadro, y jugamos con la ilusión de fusionar en una sola escena, la acción de tres momentos independientes entre sí, esto es, la mujer que desde su aparente atalaya, (en realidad, se encuentra en la arena) contempla embelesada la caída de la tarde; la pareja, con su perro, que pasea por la orilla de la playa, imagen idílica y armoniosa donde las haya; y las evoluciones de los recién casados que atienden solícitos y divertidos, a las indicaciones del fotógrafo...(con esta luz, seguro que tomaría unas fotos estupendas).
El inmenso mar, tálamo de la prometedora felicidad futura de esta tierna y amorosa pareja...
Una con los amigos
Él parece que luce traje de militar, tiene toda la pinta.
Y no cabe duda que el ambiente es distendido, se lo pasan bien, lo más idóneo para una sesión de fotos casi espontánea y de prometedores resultados óptimos.
Estas acarameladas y románticas poses no pueden faltar en cualquier buen reportaje de bodas
¡Se les ve muy enamorados...cuanto tiempo les durará el encantamiento...?, según Houellebecq, no mucho. (¡loco amargado y misántropo, sin duda, este desvencijado francés!)
¡Pero que lo disfruten mientras dura...dura!
El novio, se lo pasa en grande, y por su forma arrobada de mirarla, no cabe duda de que está enamorado hasta las trancas y además, parece un tipo de lo más cachondo y divertido...
En mitad de la función se pone a hacer flexiones...
Cae la tarde y el astro lorquiano toma el relevo, alumbrando los últimos metros que nos restan hasta alcanzar el coche.
Y llegamos al final de nuestro periplo, habiendo recorrido parte del espectacular litoral de Cabo de Gata. Tendremos que volver y visitar otras latitudes del parque porque su paisaje nos ha entusiasmado. Echar la mañana por aquí, con un grupo de amigos, en plan senderismo y tal, comiendo al término de la ruta, en algún lugar donde te pongan un buen plato de arroz caldoso, tiene que ser como colofón de excursión, la repanocha. Y no ha de resultar complicado, configurar un recorrido de cuatro horas, que compagine actividad física con belleza del paisaje y gastronomía. Pero no desde luego, el track de 28 kilómetros que yo había metido en el gps. La propuesta circular que nos hace nuestro amigo, se me antoja inasequible al deleite paisajístico. No da tiempo hacerlos, si disfrutando del panorama, te entretienes de vez en cuando para echar alguna foto, mucho menos en invierno con el recorte horario y aún todavía más inviable si te encuentras marea alta y tienes que eludir algunos tramos, a través de los cerros. Si se hace circular, hay que reducir el espacio recorrido, porque entre otras razones, este tipo de paseos por el litoral, engañan. Tienes que sortear en el sinuoso camino, tantos obstáculos que te salen al paso, que si encima hace calor, acabas fundido. No, no es conveniente subestimar un recorrido por el litoral, sobre todo si pertenece al parque natural Cabo de Gata. A continuación, unos minutillos de video a pelo, en el que se registran algunos de los pasajes por los que transitamos durante nuestra segunda incursión por entre este bellísimo litoral almeriense.

¡HASTA LA PRÓXIMA AMIG@S!