28 diciembre 2015

EL CERRO DEL CARRO III

Antes de abandonar este singular pueblo, me gustaría dejar anotados en esta entrada algunas cosicas interesantes que gracias a internet, he descubierto que han tenido lugar en Los Royos. Esta es la iglesia de la Inmaculada Concepción, su patrona y por cuyo motivo, sus fiestas patronales tienen lugar el ocho de diciembre.
Aunque de un tiempo a esta parte, ahora paso con relativa frecuencia por Los Royos, da la impresión de que apenas quedan habitantes, y la mayoría son gente mayor. Pero se han encontrado yacimientos arqueológicos que dan idea de su pasado esplendor.

El topónimo de los Royos parece ser una derivación de "los Arroyos".
El pueblo de Los Royos, es apacible, solitario, acogedor y con las edificaciones adaptadas a las duras condiciones de fríos inviernos y calurosos veranos que se dan por estas tierras.
Es difícil imaginar si no se conoce la historia de estos parajes, lo transitado que estuvo en el tiempo este lugar:

Se han encontrado restos arqueológicos argaraicos (Cerro de la Clavellina), Neolíticos (Cerro de Morales y de la Capellania), Iberos (La Poza y la casa de la Loma Nueva) y Romanos (Fuente de los Royos, Cortijo del Pulpite, Carrasquicas y casas de Los Morales).
Y en la época islámica la Torre de la Mata (declarada BIC) en el paraje de Tarragoya y el Castillo de Celda.

Finalmente en la época medieval cristiana Las Torres de Girón y Los Munueras.
Todas estas construcciones son consecuencia del carácter de territorio fronterizo que tuvo la zona en la época medieval.
El Centauro de los Royos es una pequeña estatuilla de bronce datada del año 550 a.C. y que fue elaborada en los talleres de la región del Peloponeso en la Antigua Grecia.
Aunque su procedencia es griega, la estatuilla fue hallada en Los Royos, por lo que podría haber sido una pieza adquirida por los antiguos habitantes de la península ibérica mediante intercambios comerciales.
Otro hecho relevante y que aconteció en esta villa es que en 1847 moriría en la población el célebre bandolero Juan Manuel Noguera, lo que daría lugar a unos conocidos versos: "En la venta de Los Royos, allí mataron a tres: al hijo de La Gañana, al Rizos y al Juan Manuel"
Me ha emocionado leer su historia, por ocurrir en lugares que conozco tan bien y que son dignos de un guión cinematográfico.
RICARDO MONTES BERNÁRDEZ. CRONISTA OFICIAL DE LAS TORRES Y ALBUDEITE 


En los primeros años de la década de los cuarenta del siglo XIX surge un bandolero que tuvo en jaque con sus hazañas a varias comarcas regionales. Se trata de Juan Manuel Noguera, natural de Pliego, y nunca tuvo apodo. Inició sus correrías en 1845 formando banda con plegueros y muleños, llegando a ser la suya la gavilla más importante después de la de Jusepe Escámez. El 20 de marzo de 1845 el Boletín Oficial de la Provincia publicaba, por orden del juez de Primera Instancia de Mula, que se procediera a su detención y a la de Vicente Franca Gil.

Se dice que Juan Manuel se hizo bandolero por vengarse de agravios enconados de la política. Uno de los primeros episodios que se cuentan sobre sus andanzas fue el enfrentamiento que mantuvo con Benito Sánchez Marín, labrador del Guapero, al que tras asaltarlo hubo de permitirle que siguiera su camino gracias a la rapidez y puntería que éste le demostró.

Se dice también que cuando ya era considerablemente conocido, se enteró de que un tal Guayetano andaba asaltando gentes en lo que él consideraba sus campos, por ser Moratalla la primera comarca que padeció sus correrías, y que se hacía pasar por Juan Manuel Noguera para infundir más temor y respeto. Harto de que le achacaran fechorías ajenas, se acercó a Moratalla, lo sorprendió y lo degolló.

Curiosamente, todavía se conserva en pie una de las casas que frecuentaba Juan Manuel. En ella vivía una de sus amantes, que lo protegía y escondía durante días cuando necesitaba desaparecer por un tiempo de los caminos.

Entre otras historias atribuidas a Juan Manuel se cuenta la relacionada con un herrador de Coy quien, al parecer, ponía las herraduras a su montura al revés con el propósito de intentar despistar a sus perseguidores. Se dice del herrero que Juan Manuel lo eligió por ser ciego, para que al no poder verlo tampoco pudiese reconocerlo ni describirlo nunca. Además, hacía que le colocara las herraduras de noche y en el cementerio.

La muerte lo sorprendió cuando sólo contaba con 37 años. Protegido de los Melgares de Bullas se encontraba la noche del 2 de octubre de 1847 en la Venta de los Royos de Caravaca. Unos dicen que su novia, otros que había acudido para amenazar a un tal Marín para que le entregara el dinero. El caso es que la Guardia Civil, con Manuel Frexas a la cabeza, alertada de su presencia, rodeó el lugar. La gavilla, al verse descubierta, abrió los portones de la venta y salió al trote. Juan Manuel cayó herido gravemente y al sentirse morir desde el suelo pidió auxilio; se le acercó para ayudarle el guardia Antonio Martínez, quien cayó en la trampa y fue muerto a su vez por el bandolero, que decidió morir matando. El guardia era natural de Archena e hijo de Antonio y Eugenia, según puede constatarse en el archivo parroquial de la iglesia de El Salvador de Caravaca. Fallecieron además en la refriega los bandidos Silvestre Rizo, de 40 años, casado con Antonia María Martínez, y José Sánchez, alias ´El Ronco´. Dio testimonio de ello el cura teniente Miguel Martínez Carrasco, quien dibujó al margen del escrito una especie de calavera y dos huesos cruzados en la parte.

La muerte del bandolero quedó recogida popularmente en coplillas como estas: ´En la Venta de Los Royos/allí mataron a tres/el hijo de la Gañana/al Rizos/y a Juan Manuel´. ´En la Venta de Los Royos/ mataron a Juan Manuel/ al Majo de los Canarios/ y al Cigarrillos también´.

FUENTE LA OPINIÓN DE MURCIA
A mayor placer y gloria de esta excursión, después de dejar Los Royos, me dirigí a tomarle unas fotos al abandonado y ruinoso poblado de Retamalejo, pues de todo el mundo es conocido la singular debilidad que siento por los cortijos derruidos y ya no digamos los pueblos abandonados en los que no pierdo ocasión, si ella se me presenta de cogerles unas instantáneas, haciéndome la ilusión de que detengo por unos instantes, su inexorable ruina.
Lo más bonito de mi rastreo por internet para ver qué podía encontrar acerca de Retamalejo ha sido tropezarme con este maravilloso blog que nos habla de esta aldea y de sus gentes, allá por los años 50, amén de muchos otros pueblos abandonados pues de eso trata el coqueto rincón de nuestro amigo
No me resulta difícil imaginar a Antonio Marín, si quería aprender a leer y escribir, atender las explicaciones de ese maestro que venía de Benablón, una vez por semana, de noche, para dar clase a tres niños, hasta solo quedar él y que terminó por dejar de venir por decirle a su padre que su hijo hacía muchas preguntas que él ya no sabía contestarle...
A saber la de veces que atarían burra o mula a esta argolla
Y a esta...
Veinticinco casas conformaron Retamalejo
Dice Faustino Calderón en su blog que en los años 60 disfrutaron de luz eléctrica, (cuando ya habían cerrado la mitad de las casas), por medio de una línea que venía del pueblo de La Almudema, pasando por los Royos.
Sin embargo, no pudieron disfrutar de agua corriente en las casas. Es más, para conseguirla, tenían que desplazarse a casi un kilómetro del pueblo para recogerla de un manantial llamado la Zanja que con el tiempo terminó secándose, viéndose obligados a partir de entonces a hacer desplazamientos más largos para buscarla hasta la fuente de La Capellanía.
No tenían iglesia así que para oir misa tenían que desplazarse a la ermita de los Poyos de Celda, distante una media hora, en las cercanías del pueblo de la Capellanía.
Me doy cuenta que las fotos del Retamalejo que se ven en ese blog son del 2009 y hasta finales del 2015 en que he hecho las mías, observo que el pueblo se ha deteriorado muchísimo como bien atestiguan estas imágenes
Ya no queda una casa intacta ni en pie
La carcoma del olvido corroe el pasado de un pueblo que ya nunca será lo que alguna vez fue..
Retamalejo, visto desde la lejanía de los años y acaso perdido ya en el inmenso caudal de la memoria...
 ¡HASTA LA PRÓXIMA AMIGOS!

                 

EL CERRO DEL CARRO II

Hacía tan buena temperatura en la cima, (1264m) algo realmente insólito para las fechas en que nos encontramos (¿cambio climático?, lo dudo) que apetecía recrearse en capturar la cruz y fotografiar la cumbre desde diferentes ángulos
Viky se encontraba desacostumbradamente asequible, receptiva a la fotografía. En el momento que me ve dirigir la cámara, enfocándola a ella se apresura a salirse del plano. Pero hoy la encontré proclive a hacerme de modelo o quien sabe si aburrida o resignada. El caso es que, hoy que me dio la oportunidad, me despaché a gusto como bien se podrá comprobar unas imágenes más abajo... 
Viky, a la que nunca intimidan los cortados
Bueno, bueno, he aquí una muestra de postureo arrogante no exento de ciertas dosis de mariposeo inquietante...
Pa mí que a la Viky esta mañana le dolía algo...posar de este modo tan manso y accesible no era normal. Esa placa que se ve abajo a la izquierda de la fotografía reza: "Señor de los Pastores (31-8-1974)"
Menuda sesión de primeros planos me dejó hacerle...casi he estado a punto de titular esta entrada...El Cerro de la Viky!!!
La última autofoto camino de la segunda cima del Carro (1215m) desde la que descenderíamos en dirección al corral del Cerro.
Desde el collado del Carro
Los Royos
El cerro del carro desde el cerro de las Pocicas (1036m)
FINAL SEGUNDA PARTE